En 1715 el ingeniero Jacques de Vaucanson diseñó el primer torno mecánico automático del mundo, una innovación que cambiaría para siempre la forma en que fabricamos. Desde entonces, el torno se convirtió en el corazón de la precisión industrial, permitiendo transformar materiales brutos en componentes exactos que mueven máquinas, industrias y hasta civilizaciones. Hoy, siglos después, en nuestra empresa, honramos ese legado combinando la experiencia del mecanizado convencional con la exactitud moderna del torno CNC. Sabemos que cada pieza que pasa por nuestras manos no es solo una forma: es el equilibrio de fuerzas, el ajuste perfecto, el centro de un sistema que no puede fallar. Y mientras otros solo entregan “piezas torneadas”, nosotros entregamos confianza.